lunes, 2 de julio de 2012

Capítulo 30. BOOM.

Vuelvo donde el refugio, antes pasándome por la trampa. No, no hay nada. Las mismas bayas  y la cuerda inmóvil, solo mecida por el aire.
Thresh ya esta allí sentado y con las botas llenas de agua.
-No hay nada.- digo sentándome a su lado.- ¿No has visto algo?.- recuerdo que llevaba el cuchillo por si encontraba alguna presa.
-Tampoco. Parece que los animales se hayan escondido de algo o alguien.
Asamos a la ardilla separando el cuerpo de la cabeza y luego cogemos los dos muslos. Pienso en la estrategia de los profesionales, llenar el perímetro de provisiones de minas.
Creo, por mi parte, que es un idea estúpida. ¿Y si explota una? Aparte de que quede un tributo muerto y salga echo pedazos por los aires, la otra mina que hay al lado se activará y así el resto. Se quedarían sin provisiones. Recuerdo la forma en que las han colocado, los trazos dibujados en la Arena y por la forma en la que están colocadas me resultan familiares. Si, era algo así como un juego. Un juego popular que supongo que en todos los distritos, los niños juegan cuando son pequeños. Se trata de saltar en los lugares correctos imaginando que lo que te rodea es agua, infestada de tiburones, peces con feroces dientes y todo lo que un niño puede imaginar, y debes intentar no caerte hasta llegar a un punto determinado en el que estas a salvo. Parece un juego bastante absurdo, conforme vas creciendo, pero puede que funcione.
Cuando me quiero dar cuenta, ya esta anocheciendo.
 La imagen del sello del Capitolio y el himno están en lo alto del cielo y sale la cara del tributo muerto de hoy. Es el chico del distrito 10. Luego desaparece para siempre, dejando solo la luna que hoy brilla con fuerza, ni una estrella.
Parece que conforme pasan los días, el aire es más frío. Thresh me ofrece un brazo y yo lo acepto encantada, porque me el frío se me cala en los huesos. Su cuerpo radia calor, aunque estemos en diferentes sacos. El es más grande, de todas formas no cabría en el. Se ofrece a hacer una guardia de noche, mientras yo duermo tranquila. Justifica que ya que los profesionales están más cerca que nunca de nosotros, puede que vengan, porque cazan de noche.
Me despierto, y serán las cuatro de la mañana. Threhs aun sigue despierto.
-Thresh, duerme un poco...- le digo apartando su brazo.
El no opone resistencia y se queda dormido en cuanto se lo digo. Enrollo mi saco, y me voy a ver la trampa. Guardo un cuchillo en el pantalón, que tiene un cinturón.
Nada, tampoco hay nada. Pero hoy, la cuerda esta arriba, con un poco de sangre, y el nudo apretado. Alguien se ha llevado a la presa y no ha sido Thresh.
Me contengo por no darle una patada al árbol. Decido cambiar la trampa de sitio, esta vez atada en el suelo. Es una simple que aprendí en los entrenamientos. Creo que esta será más útil.
Voy hacía la Cornucopia, y allí están ya los profesionales en pie. No tenía esto en cuenta.
De pronto, unas enormes hogueras salen desde el bosque y ellos corren hacía allí.
-¡Quédate aquí vigilando!.- le dice Cato al chico del distrito 3.
Desaparecen entre los árboles. Y ahora entro yo.
Como su campamento está al otro lado de la Cornucopia, estará muy fácil pasar por donde yo estoy.
Corro hacía ella y me paro en la primera mina. Recuerdo el juego, al que yo he jugado muchas veces. Esto tendría que ser muy fácil. Doy pequeños saltos, y como la arena con la que han tapado las minas es más oscura, también me sirve de guía. También doy algunos pasos porque en algunas, la distancia es un poco más larga. Me preparo para el último salto y cuando estoy en tierra de cuclillas, me balanceo. Doy un pequeño grito, que seguro que el chico del distrito 3 no ha escuchado. Me pongo en pie al ver que no ha pasado nada, porque me temía lo peor.
Abro la mochila y recojo un saco de arpillería que se encuentra colado de un cubo, que esta lleno de manzanas. También encuentro unos cuantos paquetes de galletas saldas.
Sigo el mismo recorrido hasta camuflarme entre unos arbustos del bosque. ¿Me habrá visto alguien?.

Si, Katniss.


La diviso entre unos arbustos.
¿Porque no me ha disparado una flecha? Podría haberme matado en cualquier momento y librarse de una más. Pero no lo ha hecho y es un alivio. Bueno, creo que le he dado una pista sobre que el campo estuviera minado pero ella se limita a pensar un momento, coger el carcaj, saca una flecha y la pone en el arco. 
La lanza y da en una bolsa de manzanas que cuelga de la pila. Parece no ser suficiente, así que lanza otra. Las manzanas caen rodando hasta llegar al suelo. 
-Esto va a explotar...- murmuro.
Me cubro la cabeza y las minas explotan en serie.
No tardarán en llegar los profesionales así que, me voy hacía donde Thresh supongo que seguirá durmiendo.
No puedo evitar reírme. Esto a sido fantástico.

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