martes, 3 de julio de 2012

Capítulo 32. El banquete.

-Thresh, cálmate por favor.- le digo en voz baja. Pero ya es tarde. Voy detrás de él y le tapo la boca por detrás. -Aquí hace eco. No grites.
Él, obediente, se limita a gruñir. Ya, yo también siento frustración porque alguien nos haya quitado toda la comida que teníamos. Incluso las mochilas. Lo único que han dejado ha sido un simple cuchillo.
-Tenemos que ir a cazar.- me dice él decidido.- o nos espera lo peor.
-¿Y que hacemos? ¡Porque solo tenemos un cuchillo! ¡Uno de nosotros, solo puede ir a cazar!.-digo.
-Yo iré.
Quedamos aquí en la cueva a mediodía.
-Thresh, mira que solo llevas un cuchillo. Ten mucho cuidado.- digo dándole un abrazo.
-Si, tranquila.
Me quedo sentada en la cueva, mirando como él se va hacía el bosque, con un cuchillo en la mano.
Me pregunto quien nos habrá quitado las mochilas y las armas. ¿Y porqué no nos ha matado mientras dormíamos? Era el momento perfecto.
En todo caso, para el público, esto es como una bomba.
Bomba.
¿Los profesionales podrían haber recuperado algo de entre las cenizas? Es poco probable ya que aquello empezó a arder en cuestión de segundos. Quizás deba averiguarlo yo misma.
Entro en el campo de hierbas altas, y voy arrastrándome hasta encontrar un lugar seguro para que no me encuentren. Vaya, mi sorpresa es que aquí no hay nadie. Clove y Cato, habrán acampado en otro sitio, es la única pareja que queda, aparte de Katniss y Peeta. Recorro el lugar, siempre con precaución y ahora más que nunca porque soy un blanco fácil de matar. Rebusco entre los escombros. Hay fruta podrida y chamuscada, espadas deformes e inútiles. Encuentro un cuchillo y una olla de metal, que parece ser que están en buenas condiciones y han sobrevivido a la explosión.
De todas formas me las llevo.
De vuelta por el mismo camino hay arbustos con cantidad de bayas. Arranco un puñado de un matorral y las  zarandeo en mi mano. Son de un color oscuro y podrían ser las Jaulas de Noche o las otras bayas comestibles. Exprimo una y dejo que las gotitas caigan en mi dedo. Son de color oscuro. Las tiro en el suelo, mezclándose con la tierra. Si no fuera porque Thresh me enseñó cuales eran yo ahora mismo estaría dentro de mi tumba.
Entro en la cueva dejando la olla apartada en un rincón y el cuchillo me lo guardo en el pantalón.
Por lo alto que esta el sol, ya debe ser mediodía. Aun así espero hasta la tarde, y temo que le haya pasado algo. Entonces, la voz de Claudius Templesmith retumba por toda la Arena, anunciando un banquete.
Cuando quedan pocos tributos, a estas horas estas muerto de hambre, de sed, de frío, o necesitado de armas. El banquete facilita las cosas, entregándote en una bolsita, algo que necesitas desesperadamente.
Lo que yo necesito ahora es comida (si no la trae Thresh), otra arma, cerillas y una bota de agua o en pocos días, moriré.
Mientras tanto, examino mi herida. Ahora se a quedado en un pequeño corte que cicatriza, aunque un poco roja alrededor. La dejo al aire, quitándome la chaqueta.
-Momento de ir al banquete.- murmuro para mis adentros.
Mi principal objetivo a sido esconderme entre las altas hierbas que hay en el campo y lo va a seguir siendo, porque todos están en el bosque. Me pongo a cuatro patas entre los arbustos.
Veo las cuatro bolsitas encima de una mesa, en frente de la Cornucopia. Esta la del Distrito 2, la del Distrito 12, la del 11 y la mía, el 5, algunas más grandes que otras. Seguro que en este mismo momento están todos escondidos en alguna parte, donde me alcanza la vista. Pero nadie se atreve a salir y así, nunca conseguiremos nada.
Agarro el cuchillo, que esta dentro de mi pantalón y salgo disparada a cogerla. Mientras corro miro a todas partes y en cuestión, a la bolsa.
La agarro, y vuelvo entre los arbustos. Los demás tardan un poco en salir, y la segunda es Katniss. Llega a coger la bolsita, pero Clove le lanza un cuchillo. No quiero disfrutar viendo a Clove matar a Katniss o al revés, así que, me largo de allí hacía la cueva.
Llego y me siento, abriendo la bolsita con ganas, esperando a encontrarme aunque sean, unas cerillas.
Encuentro una ración de sopa, dos manzanas, una bota de agua vacía, y una caja con cerillas. Pero solo contiene una.
<<Vaya, os habréis partido el cuello, por no poner más>>.
A, y una cajita, llena de deliciosas cerezas.
Mis cerezas.

2 comentarios:

  1. Yesss!!! Esperaba que la Comadreja necesitase algo más guay tipo la armadura de Cato pero lo de las cerezas ha sido un puntazo! Hoy te dejo sin faltas jajajaja besos:)

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    1. OH DIOS. Es que esta vez lo he repasado 3 veces...Jajajajaja No armadura no. Pero quizá se encuentre otra cosa. MUAJAJAJAJJAA

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