lunes, 18 de junio de 2012

Capítulo 16. Cerezas.

Una sirena nos avisa de que ya es hora de almorzar. Es una especie de barra donde esta expuesta la comida y eliges lo que quieras. Cojo mi bandeja, y escojo una pequeña pieza de pan redonda con unos trozos de jamón y queso. También cojo algo de fruta, una naranja y un buen bol de cerezas. Están bien maduras, y parecen tener un aspecto jugoso. Y ahora ¿Donde me siento? Por un lado están los profesionales, cuatro personas que sientan en grupo, a reír y contar sus anégdotas de como entrenaban de la forma más escandalosa posible. Y por otro estamos los demás que nos sentamos cada uno por su lado.


 Decido sentarme sola en una mesa del centro de el "comedor". Doy un primer mordisco a este improvisado bocado de jamón. y queso fresco. Ummm, es salado pero el queso le da un toque dulce. Mastico con ganas, saboreándolo. Pienso que cosas como esta no puedo encontrar en la Arena y así aprovecho. Acabando, dirijo mi mirada hacia el gran bol de cerezas que he dejado para el final. Apunto de meterme una en la boca, noto un toque en mi espalda. Es un profesional. No creo que me depare nada bueno si empiezo ha hablar con el así que lo ignoro pero el insiste en que me de la vuelta. No deja que me coma mis cerezas en paz.
Alzo la cabeza, rápidamente y dirijo una mirada cabreada a esta dichosa persona. Es Cato. No parece enfadado y no creo que su principal objetivo sea molestarme o hacerme rabiar. Rodea la mesa, y no se sienta, más bien apoya la rodilla sobre la silla y los codos sobre la mesa. Yo mientras lo miro atónita, con mi cereza aun en la mano, sin probar bocado alguno.
-¿Me-me podrías dar un puñado?.- Dice mientras extiende la mano sobre la mesa.- verás, es que, ya no quedan, y me encantaría probarlas.
Arqueo las cejas, mirando por el rabillo del ojo a los demás profesionales que siguen charlando.
-Tranquila, son solo para mi, por favor.
Finalmente decido darle unas cuantas para que yo pueda comer un poco más tranquila.
-Muchas gracias. Te recompensaré.- dice esbozando una sonrisa mientras se aleja.
Me sorprende la amabilidad de Cato al pedirme fruta con tanta educación. Podría haber pasado por mi lado y haberlas cogido sin más. Pero no, no lo ha hecho. Supongo que, al fin y al cabo el chico puede tener algo de bondad en su cuerpo. ¿Recompensarme? ¿Con que? este almuerzo me ha dejado algo confusa.
-Bien, soy una solitaria con un...mediano bol de cerezas.- murmuro con sarcasmo.
Me las como muy despacio dejando que el liquido dulce me estalle en la boca. Recuerdo comiendo con mis hermanos esta sutil pieza de fruta, aunque un tanto peligrosa. Uno de ellos, comía tan tranquilo cuando se atraganto con el hueso. Mi padre le daba golpecitos en la espalda, pero, por más que le diera no cesaba el toser y el carraspeo. No recuerdo si esto acabo del todo bien, paso hace mucho tiempo cuando apenas sabían que era una cereza.
Cojo la naranja, rodándola entre mis manos e intentando pelárla. Mis uñas son extremadamente cortas, porque todas las emociones que he tenido hasta ahora han sido nervios, desesperación y un bucle de tristeza de nunca acabar, que han conseguido que me las muerda hasta quedarse así.
La alarma avisa de la segunda parte de los entrenamientos. Yo estaba en el puesto de cuchillos antes de que pasara todo este jaleo con Cato y el chico del distrito 3 y no he podido seguir practicando con ellos. Simplemente son siluetas de personas con una diana en el centro y desde una posición determinada empezar a lanzar cuchillos mientras estos, se iluminan. A Clove, la chica del distrito 2, puede parecerle una manera facilísima de matar. La he visto, es una experta. Para mi no, lo veo demasiado complicado. Ya dije que no mataría. Aun así, debo intentarlo, nunca se sabe puede que la primera vez sea un éxito. O tal vez no.

2 comentarios:

  1. *-* Me encanta. Eres genial!!! :) Por cierto, me gusta el nuevo fondo. Es preciooooso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aw, muchas gracias :3
      Ya tocaba cambiar un poquito...Jajajajaja

      Eliminar