viernes, 29 de junio de 2012

Capítulo 26. Rastrevíspulas.

De repente me entra una increíble rabieta. ¡Alguien o algo se ha llevado MI comida!. Me tapo la boca con las manos y paro. Pienso por un momento que estoy haciendo. Parezco una cría de cinco años y estoy poniendome en peligro. Si grito, los tributos sabrán donde estoy. Cojo la parte del cuerpo, y como no queda ni una baya retiro la cuerda del árbol. Vuelvo al refugio. Una vez sentada, rebusco en la mochila que he encontrado hace poco en el bosque. Contiene un linterna, otra bota de agua, un par de gafas más, una cuerda, un muelle, un saco de tela, una barra de pan, la caja de cerillas a medio gastar y un cuchillo. Espera.¿¡Una barra de pan!?
La parto en dos para ver si es de verdad. Huelo el intenso aroma que desprende y la boca se me hace agua en poco segundos. ¡Que fuerte!. ¿Como ha conseguido una barra de pan? 
El día a pasado volando. Literalmente, porque ya esta atardeciendo. Me quedo dentro del saco, incorporada mientras me como una pequeña punta de pan y otra pata de conejo. Bebo un poco de agua y me quedo allí sentada. Se me olvidaba, ahora tengo dos cuchillos. Pero no creo que sea suficiente. 
Pienso en el chico del distrito doce. Peeta creo que se llama. ¿Como ha podido aliarse con los profesionales? Es un chico de los distritos más pobres y además iba un poco cojo. Me extraña que Cato no lo aya matado todavía. También me extraña que quiera matar a su compañera, tan enamorado que esta. Bueno, estaba. Cato puede haber pensado en no matarlo para encontrarla a ella. Por si no lo había dicho, la odia. Anochece, y empiezo a tiritar. El sello del Capitolio sale justo a tiempo, acompañado por el himno y la cara de el tributo que murió ayer. Era la chica del 8. Si no hubiera hecho un fuego los profesionales no la habrían encontrado y aun estaría viva. Pero bueno, la gente hay veces que no piensa.

Oigo un crujido que hace que de un salto. Distingo unos ojos observándome. No se si es un animal o es un tributo, pero parece que se acerca. Busco rápidamente las gafas de visión nocturna y me las pongo. 
Es un  zorro, un pequeño zorro de pocos meses. En estos momentos me vienen las palabras de Caesar en la entrevista: Foxface. No me parece peligroso, es más, ni siquiera la voy a matar. Tengo a tres presas, una barra de pan. No necesito más comida de momento. Además, la tendría que guardar en la mochila y eso supone más peso porque no la iría a dejar en el tronco hueco. 
Veo también a la madre, como pasa cerca de mis pies y se la lleva. Parece que son, aparte de los pájaros, los animales más "normales" que pueden haber en la Arena. Todos estan modificados geneticamente para matarte, sea un perro salvaje, un lobo, un puma. 
Duermo con un cuchillo al lado, cogido también de la mano, por si acaso.
Me despierto y el sol ya esta bien arriba. Oigo gritos a lo lejos, gritos de ayuda, de socorro, y agua moverse.
¿Que estará ocurriendo? Me levanto, primero asegurándome de que no hay ni presas ni tributos cerca.
Diviso un árbol grande y grueso, en el que puedo esconderme sin preocuparme de que me vean.
Corro hasta el, como si me fuera la vida en ello. Bueno, la verdad es que si, soy un blanco especialmente fácil.

Veo como Cato, Clove, Peeta y Marvel se sumergen en el agua del arroyo. Cato saca la cabeza de golpe, parece que lleva tiempo bajo el agua. Su cara esta hinchada, por picaduras. Rastrevíspulas, no han podido ser otras que estas, no tan normales como las otras. Su veneno es mortal, en algunos casos. Suenan dos cañonazos y veo a Peeta salir corriendo del agua. Cato va tras el, mientras que Clove y Marvel siguen en el agua, para aliviar el dolor de las picaduras.
Dos aerodeslizadores descienden del cielo, y puedo distinguir el pelo rubio de Glimmer. Su cuerpo esta completamente hinchado y desquebrajado.
Luego esta otra chica, de pelo color castaño, que asciende a la misma vez.
Esta noche saldrán sus caras en el cielo, no he escuchado otro cañonazo.
Hoy, creo que me dedicaré a recoger algo de fruta, como bayas. Me sirven para las trampas.
Puedo deambular más segura por el bosque, ya que los profesionales se dirigen de nuevo a la Cornucopia. Pero esta vez, van con un nuevo chico, creo que es del distrito 3. A Peeta no lo veo por ninguna parte, y no ha soñado ningún cañonazo. ¿Malherido? Si. Katniss, también lo estará. Estaba justo debajo de ellos, cuando les han picado las rastrevíspulas. Además, Thresh esta en la otra parte de la Arena, donde tengo el refugio y yo voy a ir por el bosque. Es mi oportunidad. Empiezo mi camino, con el cuchillo bien agarrado.
Escarbo entre los arbustos y de tanto en tanto suena algún que otro crujido.
Me paro justo en frente de un arbusto a recolectar unas bayas y desentierro algunas raíces que hay abajo.
Todo esto iba muy bien hasta que un perro salvaje, me asalta. Y ahora si, estoy perdida. 

2 comentarios:

  1. Jo que chulo! Otro que va a mi lista de favoritos! Jo chica, cada vez escribes mejor! Besitos:)

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    1. Bueno, yo creo que sigo escribiendo igual, pero, muchas gracias :D

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