sábado, 9 de junio de 2012

Capítulo 9. Nuevos "amigos"

Tributos mirar este gif de Josh...de verdad es ASDGFHKJLHG



Jujujuju, y ahora el capítulo (;


-¡Te quiero ver lista en 15 minutos, señorita!.- gritan a el otro lado de la puerta.
Estas palabras retumban en mi cabeza sonoramente durante unos segundos.
-Odio su acento de Capitolio... murmuro llevándome la palma de la mano a la frente. Me levanto a regañadientes, intentando mantener el equilibrio entre mis dos piernas que están temblorosas. Me doy cuenta de como he dejado un rastro de lágrimas en la almohada formando un charco. Me doy una ducha, e intento lavarme la cara lo mejor posible, aunque ya se que se me van a notar estos enormes ojos rojizos e inchados. Escojo un conjunto de dos piezas, con un pantalón corto y una camisa blanca. Hoy conoceremos a nuestros estilistas, que nos prepararán durante los juegos. Yo creo que para conseguir patrocinadores, ellos también tienen parte de importancia, ya que a la gente del Capitolio le importa más la apariencia externa. Aunque tampoco quieren ver gente maleducada y con malos modales. Digamos que quieren a alguien completo.
Salgo de la habitación con la cabeza gacha. De pronto, me tropiezo con alguien. Supongo que es un avox, hay cantidades de ellos y más en edificios como este.
-Pe-per-dona...¿Kaeba?
Abre los ojos, muy muy abiertos. Deja las toallas que lleva en las manos y me abraza.
-¿Que haces aquí?.- pregunto. Soy estúpida, ¿Como me lo va a explicar si no me puede hablar?
Esboza una media sonrisa, y me señala la puerta de mi habitación.
-¿Me lo explicarás después?.- digo.
Levanta el dedo pulgar, afirmandomelo. Oigo unos pasos detrás de mi, corriendo, pisoteando el suelo. Reconozco esas botas pesadas, y esos tacones y esos gritos. Y cesan en un momento.
Arqueo las cejas hacia Kaeba, y esta, me dice que vaya yendo hacía la sala principal a desayunar, que ella aberiguará porque tanto barullo. Me despido de ella, y ando por el pasillo, preguntándome porque se estarían peleando otra vez. Si, esos pasos y griteríos eran de Velva y Lénart, que se habían parado en el pasillo y por eso, Kaeba me ha dicho que me fuera. Cuando entro en la sala, Jale ya esta desayunando tostadas y mermelada, con una taza de chocolate caliente. Me siento a su lado y me como dos tostadas ya que no tengo mucha hambre.
-¿Velva y Lénart estaban antes aquí?.- le pregunto a Jale, que esta untando mermelada en su tostada.
-No, pero si que he escuchado sus griteríos en el pasillo y los tacones de Velva.-contesta, moviendo el cuchillo en al aire y señalando la puerta. Me ha tirado un poco de mermelada.- Lo siento, está muy líquida.
-No importa.- respondo. Jale, me recuerda a mis hermanos pequeños. No importa la maldad que te hicieran, era su inmediata disculpa. Aunque no fuera nada de lo que preocuparse.
Desayunamos en silencio, como lo hacemos desde que nos subimos a el tren.
Y aquí vuelven los tacones, pisotones, y gritos. No se nota su presencia, no.
-¡De verdad, a mi me parece una falta de respeto!.- grita Velva histérica.
-¿Y que quieres que haga? ¡No es nada malo!.- contesta Lénart, mientras se abrocha los pocos botones que le quedan de la camisa hasta llegar al cuello.
Los dos se sientan, refunfuñando, uno a cada lado de la mesa.
-¿Algún problema?.- pregunta Jale.
Le dirijo una inmediata mirada, de <<¿Para que dices nada?>> y el se encoje de hombros.
-Pues que este caballero de aquí, a contratado a una avox que había en el tren. ¡Sin consultarme si quiera!
¿Lénart había contratado a Kaeba?
-Nos servirá de ayuda, admite que es una de las mejores avox que hemos tenido.
Velva mira a Lénart por encima del hombro, y empieza a comer, mientras suelta palabras incomprensibles entre dientes.
Jale y yo, como ya hemos acabado salimos de la sala hacia nuestras habitaciones. Ya no hace falta que Kaeba me cuente nada, se porque esta aquí.
-Espera.- dice Lénart.
Me acompaña a el pasillo, y me dice en voz muy baja.
-La he contratado por ti. Velva me dio el aviso de que estabas con ella en la cocina, y al parecer, por lo que he visto y escuchado también, mantienes una relación con ella. ¿Me equivoco?.
-¿Escuchado?.- pregunto.
-Si, escuchado. Os escuche hablar desde la puerta de tu compartimento, en el tren.
Después de esto, no se que contestar. Se forma un incómodo silencio y el aprovechándolo, da media vuelta y se va. Yo hago lo mismo, mientras escucho:
-Asegúrate de cerrar bien la puerta.- me dice riendo.- y dentro de una hora, os presentaremos a vuestros estilistas.
Defiinitivamente no lo entiendo. No, no lo entiendo, es un hombre incomprensible.
Entro a mi habitación y esta vez, cierro la puerta lo mejor posible aunque se, que el esta desayunando y no, no me oirá hablar.
Encuentro a Kaeba, haciendo mi cama, y recogiendo el vestido de anoche que estaba en el suelo. Viene corriendo hacia mi, pero, pongo la mano delante y digo:
-Ya me lo han dicho.
Baja la libreta y bolígrafo que llevaba en mano alzada, y sonríe.
Esta feliz de estar aquí, solo por estar conmigo. He hecho una amiga, aunque no vaya a durar mucho.
Paso la hora que me queda hablando con ella, y después me dirijo a la sala principal, a conocer mi estilista.
Me siento en el gran sillón gris, de terciopelo. Delante de mi hay dos personas, un hombre y una mujer. El hombre, va vestido con unos pantalones de color plata y una camisa roja. Su pelo es rubio tirando a blanco, lo que me sorprende que no sea una peluca, porque se notaría enseguida. Sus ojos son verdes, un verde oliva con puntos rojos. Su piel es más bien yendo a oscura, pero, no llega a serlo. La mujer, va vestida con un vestido color blanco que llega hasta el suelo, lleno de campanillas impresas. Su pelo, si es una peluca, negra, como el carbón, con mechas de color morado. Sus ojos están bien definidos de un color naranja suave. Tiene unas pestañas increíblemente largas y azules.
Jale, llega un poco tarde acompañado de Lénart.
-Chicos, os presento a quienes van a ser vuestros estilistas. Son Sómmon y Thelma.
Los dos, tienen una amplia sonrisa en la cara, dejando ver sus dientes blancos.
-Sómmos irá contigo, mientras que Jale tendrá a Thelma. ¡Ya os podéis marchar a que os pongan como yo!.-exclama Velva sonriendo.
Bajamos en el ascensor, nosotros dos.
-No quiero que me pongan como Velva...-murmuro.
-Tranquila, que no.-dice Sómmon, sonriendo y poniéndome la mano sobre mi hombro.

2 comentarios:

  1. Gif: sdfsdlkcniklASmnb....[no comments]
    Capítulo: después de ver el gif, me he quedado unos cinco minutos sin capacidad de pensar, y todavía me estoy recuperando. Bien, decirte que me ha encantado el momento en el ascensor de Sómmon y la comadreja, ha sido taaaaaan bonito :(

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    1. Gracias Violet (;
      Si, yo cuando lo vi también me quede casi sin oxígeno Jajajajaja

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